Inauguración: sábado 26 de Enero de 2019 – 6pm
Entrada Libre

Horarios de visita: martes a viernes de 11am a 5pm
Clausura: 
viernes 22 de Marzo de 2019

Felonía, propuestas donde lo iconoclasta protagoniza lo grotesco, lo irónico, lo satírico y el sarcasmo concerniente a la fauna que habita controlando al genero humano hoy, no es sobre el animal domestico mucho menos el silvestre, se refiere sobre el ser social y su transformación. Son metáforas de la actual realidad y su herencia.

Escenas y composiciones realizadas a través del collages reflexionan la historiografía política contemporánea venezolana y el culto a la imagen, que se redimensionan por deconstrucción y reconstrucción de ciertas iconografías insertadas en el subconsciente colectivo. 

*Registros de sala por Pedro Tovar


La traición como experimento

La ONG exhibirá las nuevas proposiciones en papel realizadas por el creador José Vívenes

Bajo el título Felonía el artista venezolano José Vívenes (1977) exhibirá, en los espacios de la Organización Nelson Garrido (ONG), su reciente investigación centrada en las posibilidades del papel como soporte para la construcción de un lenguaje crítico, íntimo y orientado a la ampliación de los bordes propiamente pictóricos de su trabajo personal. Esta exposición está integrada por un total de 196 trabajos, conformados por una serie de collages de diversos formatos, un cartel y varias pruebas de impresión gráficas (maculaturas) intervenidas, dibujos en tinta gráfica y óleo realizados sobre papeles impresos, así como una serie de postales y portadas de publicaciones alteradas por el ejercicio de disección y recomposición emprendido por Vívenes.

Estos trabajos son el resultado de los procesos de investigación que se producen dentro del taller, tal como lo señala José Vívenes: “representan una obsesión por experimentar y redimensionar el trabajo a través de otros materiales y otras vías extra-pictóricas”. Su conjunto hace transparente las diversas inquietudes que movilizan la práctica sensible, especialmente la necesidad de ampliar las posibilidades del lenguaje estético incorporando nuevos procesos dentro de la construcción de horizontes se significados.

Los ejercicios que integran la exhibición pretenden, a través de la exploración del papel y el juego con sus contenidos gráficos, transformar las posibilidades del lenguaje personal del artista, allí su perspectiva crítica que se sostiene en un riguroso ejercicio reflexivo sobre lo que significa la práctica sensible. Pero también, la apuesta por el ensayo y la experimentación representa una búsqueda para construir y elaborar un discurso crítico sobre la sociedad, la historia, la religión y la política; es decir, las formas del poder y sus vínculos con la imagen.

En este sentido, Vívenes elabora un universo teratológico (monstruoso) que altera y deforma la imagen del poder. Deshumaniza, disecciona, sustrae. Simultáneamente, libera las fuerzas irracionales, libera la animalidad, libera alterando la épica que sostiene a todos los discursos del poder. Sustrae, extirpa una visualidad que se erige como culto y referente del pensamiento único. Bajo esta operación avanza sobre la ausencia y construye mediante el silencio y el vacío. Ejerce un sacrificio iconoclasta que opera sobre una traición crítica. Se trata de un vaciamiento iconográfico que al diseccionar, sustraer y alterar pretende liberar la potencialidad estética de la imagen de sus ataduras ideológicas.

Se advierte una operación similar a la que esboza la obra del pintor holandés Rembrandt (1606-1669) conocida como Lección de Anatomía (1632) pero sustituyendo el cadáver inerte del ser humano sobre la mesa de disección, por la idea misma de la imagen al servicio de las certezas inequívocas del pensamiento único que no construyen alternativas distintas a la patria o la muerte.

Los trabajos que componen esta muestra inquietan al espectador, aportan temblor y fascinación, dudas. Abren puertas, elaboran nuevos caminos. Allí radica su virtud poética y su voluntad ética. Se inscriben sobre la perspectiva del desencanto épico, invirtiendo la expresión acuñada por el historiador Tomás Straka en su libro La épica del desencanto a propósito del culto a Bolívar, la historiografía y la política en Venezuela, como una forma para propiciar la construcción de nuevas posibilidades y significados e imaginar alternativas políticas centradas no en los héroes como salvadores ante el desencanto sino en el conjunto de los ciudadanos movilizados por la construcción de formas y prácticas  democráticas.


Este conjunto de trabajos del artista venezolano José Vívenes (1977) son el resultado de los procesos de investigación que se producen dentro del taller. Los ejercicios que integran la exhibición pretenden, a través de la exploración del papel y el juego con sus contenidos gráficos, transformar las posibilidades del lenguaje personal del artista, allí su perspectiva crítica que se sostiene en un riguroso ejercicio reflexivo sobre lo que significa la práctica sensible. Pero también, la apuesta por el ensayo y la experimentación representa una búsqueda para construir y elaborar un discurso crítico sobre la sociedad, la historia, la religión y la política; es decir, las formas del poder y sus vínculos con la imagen.

En este sentido, Vívenes elabora un universo teratológico (monstruoso) que altera y deforma la imagen del poder. Deshumaniza, disecciona, sustrae. Simultáneamente, libera las fuerzas irracionales, libera la animalidad, libera alterando la épica que sostiene a todos los discursos del poder. Sustrae, extirpa una visualidad que se erige como culto y referente del pensamiento único. Bajo esta operación avanza sobre la ausencia y construye mediante el silencio y el vacío. Ejerce un sacrificio iconoclasta que opera sobre una traición crítica. Se trata de un vaciamiento iconográfico que al diseccionar, sustraer y alterar pretende liberar la potencialidad estética de la imagen de sus ataduras ideológicas.

Los trabajos que componen esta muestra inquietan al espectador, aportan temblor y fascinación, dudas. Abren puertas, elaboran nuevos caminos. Allí radica su virtud poética y su voluntad ética. Se inscriben sobre la perspectiva del desencanto épico, invirtiendo la expresión acuñada por el historiador Tomás Straka en su libro La épica del desencanto a propósito del culto a Bolívar, la historiografía y la política en Venezuela, como una forma para propiciar la construcción de nuevas posibilidades y significados e imaginar alternativas políticas centradas no en los héroes como salvadores ante el desencanto, sino en el conjunto de los ciudadanos movilizados por la construcción de formas y prácticas  democráticas.