Intervención al álbum familiar de Talía Montiel / La Foto Vudú

Intervención al álbum familiar de Talía Montiel
por La foto vudú. 

Bienvenidos, nuevamente, a la columna de La foto vudú.

Soy Carelyn Daniela Mejías y estaré exponiendo /comentando parte del trabajo realizado en este proyecto virtual, que pretende ser un gesto hacia la memoria familiar y las imágenes que surgen del espacio doméstico.
Por medio de la plataforma de Instagram (@lafotovudu) nos encargamos de difundir y compartir trabajo de fotógrafas y fotógrafos latinoamericanos que abordan el archivo familiar y las interrogantes que se generan de este, con la intención de impulsar la compresión de lo qué es el trabajo con este tipo de archivo, su resignificación conceptual y su conexión con la memoria colectiva e individual.

la historia se abre paso hasta una imagen a través de los poros y las grietas de la emulsión sensible”
Akram Zaatari.

Partiendo de intervenciones realizadas a imágenes del hogar, pasando por técnicas antiguas de la fotografía como la cianotipia y elaborando: cajas de luz, collages, bordado, ensamblajes y proyecciones.
Talía Montiel, artista visual mexicana, nos muestra las posibilidades objetuales del archivo familiar. Cómo la materialidad de la fotografía de archivo, en este caso, y su paso natural por el tiempo, también presentan narraciones que permiten ser leídas y potenciadas.   

¿Cuánto nos puede decir una fotografía -más allá de la imagen- por sus tachaduras, rasgados, accidentes, escritos o por la humedad que la acompaña? ¿Cuánto nos dice eso de la persona que las porta? ¿el cuidar la imagen de la familia agrega información de valor sobre quienes las resguardamos o conservamos? 

En las intervenciones que realiza a su álbum de familia, enfoca su mirada en los pequeños rastros, vestigios y huellas que tiene el propio archivo.
Le interesa, de manera personal, la materialidad de las imágenes por la cercanía que se genera con el cuerpo -y hacía él- cercanía que lo digital no le ofrece. 

El poder oler las imágenes, el palpar y mirar la textura de las fotografías familiares, que se arrugan, se quiebran, se agrietan, se doblan con los años, representan para Talía una relación directa con el cuerpo, con lo que se puede sentir, con lo que se puede tocar. El acto de bordar puntada a puntada son acciones generadas por el cuerpo, junto a ensamblar, armar, amontonar, pegar, superponer y unir, son ejercicios de memoria que pasan a través de la metáfora -o no- por su cuerpo y el quehacer diario.
Antes que se revele algún resultado final de la imagen es el cuerpo involucrado en el proceso de creación, una de las cosas que vincula a Talía con lo material y objetual en sus piezas.   

En las intervenciones que realiza a sus fotografías domésticas se encuentra, de alguna forma, algo lúdico en las imágenes, se permite jugar con ellas, con toda la intención y la pretensión de poner al límite el uso de la fotografía en su trabajo con el archivo. Planteándose una especie de genealogía familiar que revela imperfecciones y que no se interesa por los esquemas estereotipados de la fotografía de familia: bautizos, bodas, cumpleaños, primera comunión, posiciones repetidas y arquetípicas así las menciona Talía.

Estar cerca del arte escénico, le permitió desarrollar una sensibilidad por las artes visuales. La relación con el cuerpo y el archivo familiar se generó a través de interrogantes como: ¿ qué es el hogar ? y ¿ qué características debería tener un hogar ? Estas preguntas sirvieron como disparadores para comenzar ahondar en su contexto doméstico y su historia familiar. 

 Así pues, las diferentes técnicas de intervención que utiliza en su trabajo, no son la única fuente de valor en su obra. Esta se podría separar en dos ejes (no necesariamente en este orden que he planteado) principales: el matérico, que ya hemos mencionado y el personal, que se cruza con la necesidad de indagar en su identidad, y se abraza de forma firme a su infancia, a su linaje y mostrar los no lazos, esos que no han formado en su familia debido a la violencia de género. 

El archivo familiar, el álbum de familia, está hecho para trabajar los afectos, para evidenciar los lazos de unión dentro de la familia. Por esta razón Talía comienza a trabajar, desde otra mirada. No es una decisión menor necesitar tocar los materiales con los que trabaja, pues es a través del tacto y lo simbólico que junta y une mujeres y niñas -a veces niños- intervenidas, ensambladas, bordadas, tachadas, unidas, reparadas, reconstruidas.

Talía Montiel dice que lo difícil de trabajar con archivo familiar es: “yo creo que es la negociación entre lo público y lo privado ¿ hasta dónde ser tan literal ?… por ejemplo, hay cosas que más que secretos son dolorosas de contar. Hay un poder que te otorga la imagen que te hace dudar hasta qué punto entregar qué información… sí, para mi tiene que ver con lo público y lo privado.” 

Las intervenciones al álbum de familia de Talía Montiel tienen la intención de hablar de infancias violentadas, la cantidad de niñas y niños en sus imágenes no son de casualidad, es una forma de abordar su genealogía familiar, estudiarlos y estudiarse desde lo poético, la metáfora y lo simbólico. Talía no plantea la denuncia, sino la posibilidad de unir, atar, convocar y unificar desde el ejercicio de la memoria y la necesidad de descubrirse -y descubrir- los lazos que la unen a las mujeres de su familia.

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