TODOS LOS DIAS NO SON DIAS DE FIESTA / Por Marcos Durán

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Soy amigo de la gente mas feliz del mundo y de verdad no se como hacen.

Voy a abrir este espisodio hoy y no lo volveré a tocar mas, porque si me retan explotaré y me convertiré en ojiva nuclear. (Creanme que una bomba homosexual puede causar cataclismos y daños irreparables).

Ya no tengo control sobre mis niveles hormonales, lo cual quiere decir que me harté o de alguna manera enloquecí. 

Eso me hace pensar ¡Que carajos! Ya nada me conmueve. Esto se salió fuera de toda lógica.

Les voy a ser bastante directo y sincero: Me fastidia su ideal de vida perfecta. 

¡Al parecer el único que maltripea soy yo! El único que se levanta con lagañas, aliento mañanero y se saca los mocos es el que escribe esta columna.

Yo soy el único ser al que el pelo no le hace caso en las mañanas, el único que no sabe que par de zapatos escoger, ni que perfume usar.

Yo vivo rodeado (y es lo que veo en sus hijueputas Instahistorias, Snapchathistorias, Facebook en vivo y cuanta putada de red social en vivo exista) de una gente que en vez de caminar, levita. De una gente enmascarada en el filtro crema del Instagram.

Una vaina que me de mas arrechera que el mundo perfecto, el cuerpo perfecto, la ropa perfecta, el sexo perfecto, la vacación perfecta, el auto perfecto, y de cuanta estupidez crean perfecta.

Todo es la máxima expresión de la perfección y ¿Saben qué: me valen güebas. 

Aquí el fallar no es contemplado, la mala leche no existe y lo que tenemos frente a nosotros son puras maravillas. Una gente fantástica, con unas vidas maravillosas.

Porque al parecer, en este nirvana sintético que se inventaron todos amanecen emergiendo del blur de Lupita Ferrer de las telenovelas ochenteras.

No veo a nadie vivir una realidad normal  y eso me preocupa.

Me preocupa que no les preocupe la imperfección y me preocupa que se crean perfectos. 

Porque esta bien vivir del absurdo, pero de ahí a que se lo crean es la mas absoluta e imperfecta de las realidades.

Yo voy a una reunión de mariquitas y todos son perfectos, voy a una de putitas y todas son perfectas ( no voy a muchas reuniones de heteros ni de hetero cisgeneros porque casi no conozco a esas estirpes) pero en fin!.

Lo que van contando todos es como vivir en el bizcocho de fresas y me aburren. Porque la gente muestra la meta, pero no el proceso.

Ahí le sumo a la gente optimista que pase lo que les pase, tienen frases de autoayuda. 

Una vaina: A mi; mis amigos me ubican y me dicen bien clarito: ¡oye tu!: la estas embarrando, no te vayas por ahí, ese tipo no te conviene y yo a tropiezos hago caso. Porque ni tengo la vida perfecta, ni la realidad absoluta de las cosas. Aparte soy bastante testarudo.

Alguna vez han leído o visto a alguien publicar ¡hoy tuve un rollo en el trabajo y me siento burda de chimbo! O ¡Hoy sali con alguien cool, pero no resultó! Yo no siempre voy re contento a trabajar. Es algo normal. A todos nos pasa. 

Es como ir a almorzar con la familia los domingos. A veces queremos, ¡a veces no! 

¿Nunca han tenido un mal polvo? O que alguien se queje de un fulano que le hizo ghosting

Yo no digo que publiquen el sufrir, digo que publiquen lo que los hace humanos y no provenientes de una galaxia perfecta no explorada.

Nadie publica un despecho. Incluso van cansados de vuelta a casa, hartos del tráfico pero siempre les suena la canción perfecta que les eleva la esperanza, les da alegría  y los lanza por un tobogán hasta el arcoiris. Estan en el gym largando la lonja pero impolutos sin gota de sudor, con el mejor de los looks y encima nos restriegan su perfecta humanidad.

Llega el fin de semana y a todos les entra una candela en el cuerpo.Eso es fiesta, botella, y baile. Y me pregunto: ¿soy el único perdedor solo en su casa, que ve Netflix un sábado con palomitas de maíz y coca cola?

Inevitablemente pienso: ¿ De verdad este cree que yo me como el cuento?

La vida se volvió perfecta y no me di cuenta ni como, ni cuando.

Vamos como borregos coleccionando likes. Puros trofeos a nuestras inseguridades y esto tiene que parar.

Yo que se los digo: ¡Todos los días no son días de fiesta!

@marcdur

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