Cierre de Caja 2016: El Bolívar desahuciado / Por Manuel Vásquez-Ortega

*Por Manuel Vásquez-Ortega

Muerte de Simón Bolívar. Antonio Herrera Toro. 1889

Muerte de Simón Bolívar. Antonio Herrera Toro. 1889

“Si lo que existe nos parece poco, ¿qué puede sosegarnos?”.

Rafael Cadenas, De Dichos.

Un adolescente detenido por robar cinco auyamas, un costoso festival de música en medio de la hambruna, un operativo policial que terminó en masacre, la caótica inserción de un nuevo cono monetario y en la papelera de reciclaje de nuestra memoria, la muerte decretada del referendo revocatorio. El 2016 se despidió en medio de una embriaguez de sucesos que como fuegos artificiales tradicionales de la fecha, explotaron opacando el eco de su evento antecesor:

La navidad inició con la multiplicación en tiempo record del dólar paralelo por cifras delirantes; convirtiendo la formación de mil seis monedas de un bolívar construida por Conrado Pittari para materializar el valor de Un dólar (Julio 2016), en una imagen referencial de la unidad monetaria venezolana, a la que en enero de 2008 tras engañosas fanfarrias se le adjetivó tal cual inyección de esteroides el vocablo “fuerte” a un músculo inexistente, para progresivamente ir perdiendo el efecto ilusorio del fisicoculturismo y quedar estéril como resultado adverso de las inyecciones anabólicas.

Un dólar, Conrado Pittari. 2016.

Un dólar, Conrado Pittari. 2016.

Tras abruptas subidas y bajadas, hoy (07/01/2017) se necesitan tres mil doscientos cincuenta y cuatro bolívares para comprar un dólar, triplicando la estructura de cuatro columnas y más de doscientas filas propuesta por Pittari a sabiendas de que todos los días son tan sombríos como un 18 de febrero del ‘83…

Y aunque Violette Bule asesinó al Hombre Lechuga Verde en 2013, se continuó preguntando en pleno 2016 cómo acabar con la Hidra del Dólar, un antiguo, despiadado y corrupto monstruo policéfalo con la potestad de devaluar estratégicamente la moneda según sea su conveniencia, regenerándose con el desasosiego de las personas y regocijándose junto a sus clanes con los beneficios propios de las divisas preferenciales; mientras las cabezas se inculpan entre ellas haciendo continuas referencias a un pasado que aunque también plagado de corrupción y desfalco hoy es anhelado por muchos que aseguran que “antes era mejor”.

Asesinato al Hombre Lechuga Verde. Violette Bule. 2013.

Asesinato al Hombre Lechuga Verde. Violette Bule. 2013.

De la serie: Farsa y fulgor. Yaneth Rivas. 2016.

De la serie: Farsa y fulgor. Yaneth Rivas. 2016.

Así una nueva necesidad agobia al venezolano: convertir sus ahorros -en caso de existencia- de bolívares a dólares, la moneda de mayor extensión mundial y enemiga imaginaria del régimen chavista… “Yo sé cuánto me deseas, perra”, nos dice el billete americano de Yaneth Rivas (also know as Cartel de Caracas), convertido en objeto de deseo en medio de una economía cuya liquidez se coagula en las colas de cajeros automáticos, altares de la actualidad nacional que dispensan billetes sentenciados por un nuevo cono monetario, resultado del nacimiento gemelo de la futilidad y la obsolescencia. Sin embargo este nuevo lote de billetes y monedas no ostenta más que un valor inexistente, una “fuerza” perdida que sólo enfatiza sus debilidades en los rostros devaluados de los próceres; en palabras de Willy McKey “el único éxito del nuevo cono reside en su capacidad para explicarnos que para aquello que alguna vez necesitábamos un billete de 100 hoy nos urge uno de 20.000”.

Una vez más se condena a Francisco de Miranda como testigo y prisionero de los desvaríos de un líder narcisista para ser encarcelado en una nueva carraca: el billete de 500 Bs. antiguo billete de 2 Bs.Fuertes, material y motivo de la serie Ejercicios de Atención de Jesús Briceño (alias BolivArte) que como metáfora de una economía violentada interviene un conjunto de papeles de valor, perforando, rayando y atravesando el semblante del precursor de la Emancipación Americana forzado a vivir, morir y padecer las humillaciones del poder.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

Serie: Ejercicios de Atención. Jesús Briceño (BolivArte). 2016.

 

Los perros siguen ladrando (youtube.com/watch?v=Qkpajlp-PdI). Érika Ordos. 2016.

Pero “procedimientos extravagantes hemos visto desde siempre”, recita Érika Ordosgoitti en su video-performance Los perros siguen ladrando, mientras reflejada en un espejo de petróleo sumerge el desahuciado billete de cien bolívares, ahogándolo en el líquido culpable de años de dependencia y esclavitud económica propia de una nación rentista.

El mito del progreso se transformó en suicidio paulatino, sacrificando el futuro al presente a través de una economía corrosiva compuesta por carbono e hidrógeno, en la que las grandes fincas ganaderas se convirtieron en ágoras de garrapatas y al verde de la agricultura lo acabó una plaga roja; decía Arturo Uslar Pietri en su legendario discurso Sembrar el Petróleo que la única política económica sabia y salvadora a practicar, es la de transformar la renta minera en crédito agrícola, estimular la agricultura científica y moderna, mecanizar e industrializar el campo; pero el venezolano no ve a futuro y la pobreza también reside en el pensamiento, condenándonos a vivir en una espiral histórica de limosna y debacle.

“¿Cómo es posible el mismo error cuatro veces y más?

¿Cuánto nos costaron los cantos hipnóticos del caudillo envilecido,

Azuzado por los más superfluos humos?

Verdaderos sacrificios humanos”

Érika Ordosgoitti, Los perros siguen ladrando.

Como una hecatombe se presenta este nuevo año para Venezuela, devota politeísta por tradición y de pensamiento sincrético por genética; así nos encontramos, en palabras de Briceño Guerrero con “un modo de vida colectivo esquizoide, a veces esquizofrénico, que por una parte presenta leyes e ideas de admirable concepción racional, y por la otra, una conducta social orientada por oscuros criterios clánicos y empresas de todo orden en las cuales predomina la afectividad sobre el intelecto y campea libremente la magia”.

Guerrilleros, deportistas y próceres se hacen lugar en los altares de las politizadas instituciones públicas, idolatrados por historias reconstruidas y santificados por una iglesia ideológica que tras confiscar los símbolos y la memoria, los manipulan, modifican y pervierten a su tiránico gusto… Ante esto nos dice José Vívenes “Basta de Falsos Héroes”, su serie de acrílicos sobre tela en la que, en el sentido más arqueológico, profana la iconografía patriótica para desproveerla de toda adulación, haciéndola cruzar el umbral de lo sagrado para devolverlos a su naturaleza mortal, pues “cuando un sacerdote demasiado entusiasta se empeña en que el héroe forma parte de nuestra vida, no nos ofrece una panacea, sino un incordio”.

De la serie: Basta de Falsos Héroes. José Vívenes. 2016.

De la serie: Basta de Falsos Héroes. José Vívenes. 2016.

De la serie: Basta de Falsos Héroes. José Vívenes. 2016.

De la serie: Basta de Falsos Héroes. José Vívenes. 2016.

Por su parte, Lord Acton dicta históricamente que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, siendo demostrado en una actualidad reducida a sobrevivir en represión por parte de grupos castrenses que vigilan colas, distribuyen alimentos, confiscan productos, entre otras abusivas prácticas; hasta fundirse en la cotidianidad del venezolano cautivo en una falsa libertad, generando en gran parte de la población sensaciones de rechazo, desprecio, e Intolerancia, título y tema de la performance de Raúl Rodríguez en la que siguiendo la incapacidad de su organismo para aceptar la lactosa, defeca su desprecio sobre una chaqueta militar de la fuerza armada nacional.

Mientras tanto, otra prenda de vestir similar se posiciona como ganadora de la 68º edición de la Bienal Arturo Michelena: el Traje para dos cuerpos de Luis Arroyo, concebido para inmovilizar a un enfermo mental en el momento de un acceso de fuerte agitación o agresividad, creando vínculos de identificación entre el poder y la locura, a través de una confrontación directa al fetiche del líder militar recurrente en la historia de una Venezuela a la que parece incomodarle la democracia, plagada de discursos chovinistas y mitómanos que terminan por crear situaciones alucinógenas de la mano de decisiones que repercuten en el día a día del venezolano común, víctima de delirios soldadescos.

Intolerancia. Raúl Rodríguez. 2016.

Intolerancia. Raúl Rodríguez. 2016.

Traje para dos cuerpos. Luis Arroyo. 2016.

Traje para dos cuerpos. Luis Arroyo. 2016.

Traje para dos cuerpos. Luis Arroyo. 2016.

Traje para dos cuerpos. Luis Arroyo. 2016.

Aun así enfrentamos al 2017, con un “feliz año” que retumba como grotesco eufemismo en medio del caos, pero necesario para retomar la batalla diaria contra el vil egoísmo que sólo aparenta otra vez triunfar…

“Hace falta un NO

Hay un NO entre tú y ellos y ese NO te fundamenta

Aparece el grito

que se queja y que llama

que deja y reclama

se deshace y se reconstruye”.

Érika Ordosgoitti. Poder y Control.


Referencias:

Loading